I. Lo natural y lo artificial. II. Vida humana y cultura «El hombre supera infinitamente al hombre» (Blas Pascal) I. Lo natural y lo artificial El viviente que habla Hay discursos que no dicen nada, y silencios que claman. A veces aludimos así a la importancia de la palabra; porque no interesa la charlatanería, sino el significado de lo que se dice. La palabra transmite sentido. Aristóteles (384-332, a. C.) observó que no es lo mismo la voz que la palabra ( lógos ). La mayoría de los animales tienen voz (maúllan, pían, mugen, etc.), no son mudos; pero esas voces o no significan nada, o muy poco. Sólo el hombre está dotado de palabra. La palabra es voz articulada, esto es, combinación de sonidos (fonaciones), de acuerdo con un código altamente complejo —y más, si pensamos que los idiomas se traducen entre sí; esto es, que todos los códigos semánticos y sintácticos son artificio—. En fin, Aristóteles consideró que podía definir al ser humano como «el viviente que tiene logos»
¡Acompáñame a recorrer nuestro tiempo con sentido crítico y positivo! Mercedes Malavé