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Mostrando las entradas de marzo, 2007

El lenguaje como habitat de racionalidad y relacionalidad

“Vivimos inmersos en signos.  Los seres humanos tenemos  la capacidad de convertir en signos todo lo que tocamos.  Cualquier objeto, sea natural o cultural, un color, un trozo   de tela, un dibujo, cualquier cosa relacionada con nosotros  puede adquirir un valor añadido, un significado.    A la dimensión ontológica que las cosas tienen, los seres humanos   añadimos una nueva dimensión, la semiótica, esto es, su empleo   como signos para manifestarnos unos a otros lo que pensamos,   lo que queremos, lo que sentimos y lo que advertimos   en nuestra relación con el mundo”.                                              Francisco Conesa y Jaime Nubiola El conocimiento intelectual posee una enorme capacidad de representación de todas aquellas cosas que conocemos, y de la valoración que damos a lo conocido. Por eso, vivimos rodeados de signos, de símbolos, de gestos, a través de los cuales comunicamos experiencias, conocimientos, estados interiores, etc. De todos ellos, el principal modo -o m

El hombre relacional: apetitos, deseos y hábitos

Hemos visto que la realidad viene interiorizada por el hombre gracias al conocimiento : “El conocimiento es una relación entre un sujeto y un objeto: Lo que distingue al conocimiento de las demás actividades inmanentes [interiores] que hallamos en los seres vivientes, es que establece una relación sui generis entre dos términos correlativos que pueden llamarse, en lenguaje moderno, el sujeto y el objeto” (Vernaux: 38). Dicha relación establece una unión que es “radicalmente distinta de la síntesis física o química, en la que cada elemento pierde su naturaleza propia y se funde en un todo (…). En el conocimiento, el sujeto, aun permaneciendo él , capta el objeto como tal, como distinto, como diferente de él ” (Vernaux: 39). Si el conocimiento implica una relación –o asimilación– que no supone la anulación de lo conocido, entonces, el hombre permanece en una continua referencia hacia las cosas y las personas que conoce . Esta relación nos habla de una apertura fundamental del hombre h

El hombre racional: conocimiento y naturaleza

Rudolf Goclenius (1547-1628) Toda persona es consciente de que piensa . Se trata de una experiencia tan clave para la antropología que, de hecho, a ésta se le ha llamado con frecuencia psicología: “el nombre de psicología se ha hecho ya tan clásico, desde el siglo XVII, en el que lo inventó un tal Goclenius , que resulta difícil prescindir de él” (Verneaux: 7). De hecho, podemos decir que la antropología es la ciencia del hombre en cuanto a ser que piensa, que razona (racional), con un principio animado de conocimiento, de interioridad, que experimenta a partir de sensaciones y del intercambio de experiencias con el mundo sensible, con las demás personas. El conocimiento humano ha sido ampliamente estudiado por la filosofía y por las demás ciencias del hombre. Además, podemos encontrar innumerables respuestas a las preguntas esenciales acerca del conocimiento, que se resumen en las siguientes cuestiones básicas: ¿Nacemos con ideas innatas , o todo el conocimiento proviene de la r

Antropología y sabiduría: la ciencia del hombre

           Podemos considerar la antropología filosófica como la ciencia más antigua acerca del hombre . Sus inicios se remontan a las filosofías de las grandes civilizaciones antiguas, sobre todo a la de los griegos . Tenemos en los diálogos de Platón , con su maestro Sócrates , uno de los testimonios más primigenios sobre esta  sabiduría del hombre  que los filósofos de Atenas se esforzaron por alcanzar. Era, en resumen, el empeño por conquistar el famoso oráculo que estaba inscrito en el templo de Apolo , situado en la ciudad de Delfos : “Conócete a ti mismo”.   Ruinas del templo de Apolo en Delfos                Una aproximación a los orígenes de la antropología como ciencia del hombre, la encontramos en el  Carmides o de la sabiduría  de Platón , en el que recoge una conversación de su maestro Sócrates con un discípulo Critias : Sócrates Comienzo. Si la sabiduría consiste en conocer alguna cosa, evidentemente es una ciencia y la ciencia de alguna cosa. ¿No es así? Criti