Dice Gutenberg Martínez que “la motivación originaria es, sigue siendo, nítida: la insatisfacción espiritual que resuena en el fondo de la conciencia humana ante la saturación de propuestas meramente materialistas que conducen a la deshumanización. Una insatisfacción que mueve a la reacción ante la injusticia social, pero también frente a la pretensión de reducir la grandeza de la condición humana en un destino mediocre, carente de trascendencia. La identidad socialcristiana se construye alrededor de una certeza y una voluntad: la certeza de que existe alternativa al individualismo, al egoísmo, al utilitarismo y, en definitiva, a la mediocridad; la voluntad de crear espacios para la presencia, la participación, la militancia y la influencia de los socialcristianos en la vida pública y en el escenario político”.
¡Acompáñame a recorrer nuestro tiempo con sentido crítico y positivo! Mercedes Malavé