La agencia de publicidad Anomaly London lanzó la nueva campaña de la marca italiana de ropa Diesel, que tiene como slogan la frase "Sé estúpido". En el manifiesto a la estupidez dicen que el mundo está lleno de personas inteligentes, que hacen cosas inteligentes, pero que no son libres. En cambio, los estúpidos son los que ven la vida de un modo creativo, se atreven a asumir riesgos, no tienen miedo a las caídas... en definitiva, para ser libres hay que ser estúpido.
También hay un aspecto de denuncia en este mensaje. En resumidas cuentas, la campaña critica a los inteligentes porque han dejado de pensar a lo grande o, más aún, porque han dejado de soñar. Han reducido la capacidad de su inteligencia al cálculo, al utilitarismo, al automatismo, al beneficio personal, a vivir encerrados en precausiones evitando a toda costa el fracaso.
Pero esta denuncia se convierte en un engaño porque el mensaje está cargado de irresponsabilidad. Por las imágenes que emplean se hace evidente que la única liberación que están promoviendo es la sexual. Otro viejo slogan que, desafortunadamente, todavía sigue teniendo tanto impacto en las sociedades occidentales y que, como ninguna otra ideología, creo yo, está contribuyendo a la ruina de las familias y de la persona. La verdadera liberación del hombre no es la de los vínculos familiares sino la liberación del egoísmo. Éste es el mayor veneno de esta campaña: su fuerte contenido individualista y de violencia.
Para no quedarnos en lo lamentable, me acordé de otra publicidad, ganadora de varios premios en su tiempo (es del año 1998) en la cual la discusión acerca de quiénes son los quiénes los inteligentes no sólo se hace superflua sino que el mismo hecho de plateárselo podría ser síntoma de una inhumanidad repugnante. Porque no vale la pena hacer divisiones humanas entre los inteligentes y los menos inteligentes, así como tampoco sería justo valorar a las personas únicamente según su físico. En realidad, en este mundo valen la pena las personas que aman, independientemente de sus muchas o pocas cualidades físicas o intelectuales.
Los invito a disfrutar de este comercial de Oreo para hacer un poco de higiene mental y alimentar una sensibilidad más humana y bella.
(este video NO contiene imágenes grotescas ni pornográficas, pero sí alguna frase vulgar. Pido disculpas)
Realmente, el lenguaje todo lo soporta...
Esta campaña de Diesel es un típico ejemplo de lo que, ya desde los griegos, se llama sofisma. Un sofisma es una construcción lingüística que aparenta ser verdad pero que lleva a conclusiones falsas y contrarias a lo que aparenta. Constituye una auténtica burla a la fuerza comunicativa de la verdad que posee cada simple palabra. Destrás del mensaje se esconde la idea de que lo que ellos llaman inteligentes en su campaña en realidad son los estúpidos del mundo, en cambio los estúpidos, o sea ellos mismos, son las personas realmente inteligentes.
Es evidente que la campaña atrae porque invita a descubrir que las personas brillantes son las que asumen la libertad como motor propio de sus decisiones, sin dejarse arrastrar por la búsqueda de certezas, de seguridades, por la cobardía, la imitación, el cálculo equilibrado de gastos y beneficios, en fin, no se conforman con una vida mediocre y sin originalidad.
Es evidente que la campaña atrae porque invita a descubrir que las personas brillantes son las que asumen la libertad como motor propio de sus decisiones, sin dejarse arrastrar por la búsqueda de certezas, de seguridades, por la cobardía, la imitación, el cálculo equilibrado de gastos y beneficios, en fin, no se conforman con una vida mediocre y sin originalidad.
También hay un aspecto de denuncia en este mensaje. En resumidas cuentas, la campaña critica a los inteligentes porque han dejado de pensar a lo grande o, más aún, porque han dejado de soñar. Han reducido la capacidad de su inteligencia al cálculo, al utilitarismo, al automatismo, al beneficio personal, a vivir encerrados en precausiones evitando a toda costa el fracaso.
Pero esta denuncia se convierte en un engaño porque el mensaje está cargado de irresponsabilidad. Por las imágenes que emplean se hace evidente que la única liberación que están promoviendo es la sexual. Otro viejo slogan que, desafortunadamente, todavía sigue teniendo tanto impacto en las sociedades occidentales y que, como ninguna otra ideología, creo yo, está contribuyendo a la ruina de las familias y de la persona. La verdadera liberación del hombre no es la de los vínculos familiares sino la liberación del egoísmo. Éste es el mayor veneno de esta campaña: su fuerte contenido individualista y de violencia.
Para no quedarnos en lo lamentable, me acordé de otra publicidad, ganadora de varios premios en su tiempo (es del año 1998) en la cual la discusión acerca de quiénes son los quiénes los inteligentes no sólo se hace superflua sino que el mismo hecho de plateárselo podría ser síntoma de una inhumanidad repugnante. Porque no vale la pena hacer divisiones humanas entre los inteligentes y los menos inteligentes, así como tampoco sería justo valorar a las personas únicamente según su físico. En realidad, en este mundo valen la pena las personas que aman, independientemente de sus muchas o pocas cualidades físicas o intelectuales.
Los invito a disfrutar de este comercial de Oreo para hacer un poco de higiene mental y alimentar una sensibilidad más humana y bella.
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