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How the healler became killer

He pedido a mi amiga Belisa Guzmán licencias para publicar este escrito que me pareció una excelente reflexión. ¡Qué lo disfruten!

Hace una semana fui a una charla de etica en el hospital sobre los procedimientos de los médicos alemanes durante la dominación Nazi. Aprendí muchas cosas… Principalmente me di cuenta de que el hombre, en momentos concretos, puede a llegar a ser sumamente malo. Pero lo que más me sorprendió fue no tanto la tendencia al mal del ser humano sino la capacidad de que el mal suceda en “masa”, que involucre a grupos grandes de gente, que se presta para ejercerlo ¡todos juntos! Aunque supongo que, cuando es en “masa”, la conciencia simplemente se “inhibe” y deja de pensar en las consecuencias de los actos individuales.

Cada vez que escucho momentos históricos en donde mucha gente fue capaz de hacer cosas atroces (Ruanda, los nazis, etc.) me pregunto dos cosas: Primero ¿dónde estaba la gente que sabía que todo eso era inaceptable? Y segundo ¿qué seríamos capaces de hacer cada uno de nosotros en una situación parecida? ¿Nos esconderíamos? ¿Seriamos héroes, o simplemente seguiríamos la inercia y nos plegaríamos a la masa? Creo que la manera de aprender de estos ejemplos, y evitar que estas cosas sucedan de nuevo, es reconocernos capaces de todo. Vernos en los tres posibles escenarios: El que se esconde, el que lucha y el que se deja llevar.  Mi papá una vez me dijo: “nada de lo humano te sea ajeno, desde sus miserias hasta sus grandezas, porque al final depende de cada quien en qué lado del espectro quiere actuar”.

En la charla nos explicaron cómo los médicos alemanes, mucho antes de que comenzara la Segunda Guerra Mundial, fueron el gremio que movió y ejecutó muchas políticas del estado hitleriano. Para darnos un poco de perspectiva, nos dijeron que durante los años 20 y 30, Alemania era pionera en cuanto a conocimiento en salud se refería. Fueron los primeros en muchos descubrimientos y avances. Durante esa época estaba muy en voga -en muchos países, no sólo en Alemania- hablar de la “eugenesia”, que era la idea de manipular la genética para poder crear una especie mejor (tal y como crear un caballo de raza pura). Alemania llevo la idea al extremo, y se tomaron medidas que tenían, como fin último, la creación de un país con menos enfermedades y una raza mejor. La idea era “atractiva” para muchos, ya que esto significaba, según ellos, un menor costo para el sistema de salud y un “mejor” futuro para las próximas generaciones.

La “bonita” idea (años antes de la Segunda Guerra Mundial) se comenzó a llevar a cabo de dos maneras: La primera fue una campaña de esterilización masiva. Por supuesto, primero se escribió una ley que creo la “corte de genética”. Esta corte, compuesta por médicos, “juzgaba” a las personas que ellos consideraban “defectuosas” (enfermedades hereditarias, problemas psiquiátricos, prostitutas, mendigos, alcohólicos) y  emitía una orden judicial  de esterilización obligatoria, que en un lapso de dos semanas tenía que ser efectiva, sin importar la voluntad del individuo en cuestión.

La segunda medida fue por el estilo pero un poco más radical: Crear un “cuerpo de Alemania puro” libre de todos los “patógenos” que pudiesen enfermarlo. Propusieron eliminar estos “patógenos” con un proyecto legal, obviamente, que se llamaba “eutanasia masiva”. Los considerados “patógenos” eran los niños menores de tres años con defectos físicos, problemas de aprendizaje, autismo y otras enfermedades. Matronas, médicos y padres tenían la obligación de reportar estos casos al programa que realizaba la “gran medida” final (matar con sobredosis de drogas). Esta definición de “patógeno” se extendió, y se decidió “eliminar” a todos los enfermos mentales, gitanos y pacientes con otras patologías potencialmente hereditarias, llegando a un punto en que los médicos tuvieron que idear un sistema que permitiera “eliminarlos” de forma más rápida.

Así los formados y prestigiosos médicos de la época idearon un sistema que les funcionó perfectamente para sus propósitos: las cámaras de gas. ¿Les suena verdad? Como estos médicos eran ya expertos en este procedimiento, años después, durante la Guerra, cuando se decidió eliminar toda la raza judía, este gremio fue el encargado de llevar a cabo las ejecuciones. Nadie lo hubiese podido hacer mejor que ellos. Tenían experiencia de sobra. Y así, los sanadores de la época, se transformaron en los grandes asesinos de la historia. De ahí el nombre de la charla…"how the healers became killers”

El punto de la charla era  intentar no ajenizar a estas personas como si fueran unos “monstruos” del pasado, que fueron capaces de cometer tantas atrocidades, sino reconocer que estas PERSONAS realizaron esos actos inaceptables, que el mundo no ejerció mucha oposición al respecto, y que NOSOTROS, tenemos que reconocernos capaces de cometer también atrocidades, porque ésta es la única formula que nos va a ayudar a cuestionar nuestros actos para corregirlos, rectificarlos o protestar cuando sea necesario.

Y con esta idea, ya casi al final, cuando se acababa el tiempo surgió la ¡MEJOR PREGUNTA! Una doctora preguntó que si no consideraba que en nuestra sociedad actual se está haciendo este mismo tipo de “selección” de raza, al permitir que sucedan abortos. Por supuesto que no hubo tiempo para responderle... Pero qué importante era hacerlo. HOY en pleno siglo XXI, tenemos que responderla.

Me acabo de mudar a un país en donde las personas trabajan durísimo. Me atrevo a decir que vivo en el país de la cultura del trabajo, en donde con esfuerzo se pueden lograr muchísimas cosas. Los médicos son un gremio que está en constante búsqueda de la verdad. Siempre intentando mejores opciones para los pacientes, mejores manera de tratar, mejores medicinas. En definitiva, un sistema MEJOR. Pero en este mismo espacio, paradójicamente, se realizan MILLONES de abortos al año (1.21 millones en 2008). En Venezuela no tenemos una cifra (porque no es legal), pero sin duda se realizan muchos anuales también. En realidad, el hecho de que las cosas estén bien o mal no depende de qué tanto se amparan bajo una ley, porque hay cosas que son intrínsecas del ser humano sin importar lo fluctuante que puedan ser las leyes. Incluso cuando Hitler todo fue “legal” como vimos. La vida humana no es algo que se puede negociar, la dignidad del hombre, de CUALQUIER HOMBRE, de todos los hombres, a cualquier edad, no tiene precio.

Estas personas, a las que no están dejando nacer, algunos por enfermedades, pero la mayoría simplemente por egoísmo, están sufriendo las consecuencias de una generación en donde el “YO” es más importante que el “otro”. Incluso aunque ese “otro” sea un hijo propio. ¡Y la historia se repite! El mal sucediendo en silencio y en masa. Y los médicos –y todo el personal de salud que trabaja con ellos– que luchan por ser los grandes healers se transforman en killers.

Y la sociedad ¿qué hace? Y yo ¿qué hago? Y tú ¿qué haces?

¿Qué queremos ser? ¿Los héroes? ¿Los que callan? O tal vez hasta nos refugiamos en la masa ¿Qué dirán las próximas generaciones de esto que está sucediendo? Tal vez dentro de unos años estarán dando una charla de ética, en algún lugar del mundo, hablando de las atrocidades del aborto y cómo evitar que estas cosas sucedan otra vez. Y los que estén oyendo se van a preguntar: ¿Dónde estaba la gente que sabía que eso estaba mal? Y tú y yo y todos ¿qué les vamos a responder?

Juan Pablo II dice “Vence el mal con el bien” ¡ANIMO!

Boston 6 Junio 2011
Belisa

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