Después de haber visitado una exposición de arte conceptual contemporáneo, muchas interrogantes me vinieron a la mente. Creo que los artistas consiguieron su objetivo: ponerme a pensar, a reflexionar. Algunas piezas llegaron a inquietarme e incluso entristecerme. Creo que es el sentimiento espontáneo que brota de aquello que los sentidos no logran descifrar, ni captar lo bello, lo placentero y lo harmonioso.
Al llegar a casa me puse googlear un poco -perdón por la expresión pero describe exactamente lo que hice- el fenómeno del "arte conceptual". En un blog reciente de Dany Puente sobre história y teoría del diseño leí:
"La característica principal de esta corriente es el predominio de los elementos conceptuales sobre los puramente formales. Así pues, el arte conceptual es una forma de expresión que intenta evitar el estímulo óptico a favor de los procesos intelectuales que el público es invitado a compartir con el artista (...) ¿Cuál es la ideología de este tipo de arte? El arte conceptual se define claramente opuesto a la burguesía y contrario al consumo, ya que se considera que la obra no es dueña de nadie".
Me produjo profundo interés el asunto. Arte conceptual: predominio de las ideas sobre lo puramente formal, o sea, sobre la técnica, sobre los materiales, sobre todo aquello que suponga plasmar una idea. Y me pregunto: ¿Es arte? y ¿en qué sentido lo es?
Mis reflexiones fueron por estos derroteros: El siglo XXI se abrió paso en medio de una época de marcada tendencia racionalista. Ser racionalista equivale a apostar por la razón humana como una facultad omnipotente y autónoma. La razón es poderosa, es creadora, es el fundamento de la realidad de las cosas: ¡Pienso luego existo! es como decir Eureka para un racionalista. Lo descubrió Descartes y, desde aquel lejano siglo XVII esta frase ha orientado el rumbo del pensamiento de Occidente....y del arte.
Descartes se dio cuenta de que había que separar aquello que es pensamiento de aquello que es material como si fueran dos cosas totalmente distintas. Es claro: una cosa es pensar conceptos, ideas, etc., y otra muy distinta son las cosas que me rodean, la naturaleza, las personas. De hecho, abstraer equivale a desmaterializar una cosa. Ahora la poseo en mi mente. Veamos cómo expresa esta idea el arte conceptual:
Una de las instalaciones que vi consistía en un cuarto con un archivo viejo, desordenado y sucio. Las paredes estaban adornadas con dibujos de garabatos, rostros, órganos del cuerpos y figuras repugnantes. En el archivador, escrito en pintura roja, decía: "Si otros proponen obras, yo no propongo más que mostrar mi mente"....Una primera pregunta que me hago frente a estas propuestas de arte conceptual es: ¿qué tan profundas y significativas son las ideas que quieren expresar?
Al llegar a casa me puse googlear un poco -perdón por la expresión pero describe exactamente lo que hice- el fenómeno del "arte conceptual". En un blog reciente de Dany Puente sobre história y teoría del diseño leí:
"La característica principal de esta corriente es el predominio de los elementos conceptuales sobre los puramente formales. Así pues, el arte conceptual es una forma de expresión que intenta evitar el estímulo óptico a favor de los procesos intelectuales que el público es invitado a compartir con el artista (...) ¿Cuál es la ideología de este tipo de arte? El arte conceptual se define claramente opuesto a la burguesía y contrario al consumo, ya que se considera que la obra no es dueña de nadie".
Me produjo profundo interés el asunto. Arte conceptual: predominio de las ideas sobre lo puramente formal, o sea, sobre la técnica, sobre los materiales, sobre todo aquello que suponga plasmar una idea. Y me pregunto: ¿Es arte? y ¿en qué sentido lo es?
Mis reflexiones fueron por estos derroteros: El siglo XXI se abrió paso en medio de una época de marcada tendencia racionalista. Ser racionalista equivale a apostar por la razón humana como una facultad omnipotente y autónoma. La razón es poderosa, es creadora, es el fundamento de la realidad de las cosas: ¡Pienso luego existo! es como decir Eureka para un racionalista. Lo descubrió Descartes y, desde aquel lejano siglo XVII esta frase ha orientado el rumbo del pensamiento de Occidente....y del arte.
Descartes se dio cuenta de que había que separar aquello que es pensamiento de aquello que es material como si fueran dos cosas totalmente distintas. Es claro: una cosa es pensar conceptos, ideas, etc., y otra muy distinta son las cosas que me rodean, la naturaleza, las personas. De hecho, abstraer equivale a desmaterializar una cosa. Ahora la poseo en mi mente. Veamos cómo expresa esta idea el arte conceptual:
El
artista conceptual Joseph
Kosuth representó en esta obra titulada "Una y tres
sillas" las distintas formas de traer al presente una silla: en
el medio está una silla real, de madera. A su derecha una foto en
blanco y negro de la silla, y a la izquierda la definición de silla
de un diccionario. Está claro que la definición es la forma más
inmaterial de referirnos a una silla porque emplea las palabras que son como la materia del pensamiento, o, los modos formales -convencionales- de transmitir nuestras ideas
Las
palabras han sido siempre los vehículos por excelencia de las ideas.
Allí donde la materia no es capaz de expresar un concepto, una
abstracción, una denuncia o un juicio, las palabras están hechas
precisamente para unir el pensamiento con la expresión. Por más
cierta que parezca la expresión Una imagen vale más que mil
palabras, en realidad esto no es verdad. Basta una palabra muy corta
como por ejemplo el monosílabo PAZ para evocar un sinnúmero de
realidades, imágenes, mensajes, actitudes, situaciones, deseos,
inquietudes, etc.
Una de las instalaciones que vi consistía en un cuarto con un archivo viejo, desordenado y sucio. Las paredes estaban adornadas con dibujos de garabatos, rostros, órganos del cuerpos y figuras repugnantes. En el archivador, escrito en pintura roja, decía: "Si otros proponen obras, yo no propongo más que mostrar mi mente"....Una primera pregunta que me hago frente a estas propuestas de arte conceptual es: ¿qué tan profundas y significativas son las ideas que quieren expresar?
Entre
las distintas maneras de formular ideas, juicios y razonamientos está
la denuncia o la crítica social. El arte como fenómeno humano y
cultural también se ha sometido a las críticas de sus mismos
promotores. Como es natural, todo aquello que es de factura humana puede
mejorar, perfeccionarse, aspirar a fines más altruistas y enriquecedores. Pero la mejor forma de criticar no es destruyendo sino haciendo cosas mejores. Por eso mi segunda pregunta es: ¿Proponen un arte mejor o sólo una crítica destructiva del arte?
La
última cuestión que me planteo es si es posible cultivar un arte
sin el esfuerzo por adquirir técnicas, sin materiales, sino
puramente con ideas. La misma actividad de escribir exige mucho de
aprendizaje y de práctica, de técnica. No me refiero sólo a las técnicas de imitar
sino a todas aquellas destrezas humanas que hacen del arte un
patrimonio invaluable porque reflejan hasta qué punto el hombre es
capaz de proponer formas nuevas, inéditas y bellas no sólo a los
demás hombres sino también al mismo Creador de este mundo tan
perfecto en el que habitamos.
Siguiendo con mi búsqueda, encontré el manifiesto de los Hartistas Contra el anti-arte, el conceptualismo, la impostura y el culto al artista ególatra. Me pareció un manifiesto interesante y realista. Te invito a leerlo
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