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Los comentarios que pude tomar. Fuente: Noticias24 |
No basta con atender a las demandas de un grupo minoritario, ni tampoco con dejarse guiar por comparaciones con países como Francia, Inglaterra, Estados Unidos o España. Es necesario que se levante la data pertinente sobre el caso concreto de Venezuela, según los problemas que sufre nuestra población. Por ejemplo ¿cómo estamos en materia de educación sexual de carácter integral y humanizador? ¿cómo se atiende a las familias que tienen hijos con problemas de alcohol, droga, que han sufrido todo tipo de maltrato, violaciones, o que presentan trastornos psíquicos? ¿qué apoyo se da a las madres solteras y adolescentes que no tienen la suficiente madurez para educar a sus hijos cabalmente? ¿cómo podemos ayudar a los padres de familia para que no abandonen el hogar ni cometan delitos sexuales con sus hijos e hijas? Y en cuanto a los jóvenes: ¿Cómo podemos fomentar la responsabilidad de llevar una vida saludable en el noviazgo y en la diversión, sin caer en vicios como la promiscuidad, la prostitución o la pornografía? La desatención a estos temas genera grandes problemas en materia de salud pública, educación y estabilidad matrimonial.
La diputada esgrime la situación de los enfermos de VIH en Venezuela, producto de la discriminación que sufren en los hospitales. Le pregunto ¿de verdad cree que esos problemas van a desaparecer una vez aprobada la ley de matrimonio igualitario? ¿por qué no se discute entonces el otorgamiento de un crédito adicional para fomentar la investigación científica y la atención interdisciplinaria de los enfermos de sida? Estoy convencida de que todos los enfermos incurables, en Venezuela y en el mundo, merecen una esmerada atención, cuidado y acompañamiento, pero sinceramente no creo que discutiendo una ley de matrimonio igualitario se vaya a fomentar esta conciencia de la dignidad de la persona humana. La doctora Figuera sabe, además, que en nuestros hospitales no hay insumos ni para atender un parto.


Aunque todas las personas merecen nuestro más sincero afecto y respeto, hay que pensar mucho más en el bien de los niños y niñas. Ello nos remite casi por completo a la necesidad de fortalecer el amor conyugal en la familia. Son cosas que un servidor público, más aún si se trata de un médico, debería promover. Por eso le pido que sea seria, diputada.
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