La noticia es simple y escueta: Zayn Malik renunció a la banda juvenil One Direction. En un comunicado vía Facebook, el cantante explicó los motivos de su renuncia: "Quiero ser alguien normal de 22 años, capaz de relajarse y tener un momento de intimidad sin ser el foco de atención". A partir de allí, la avalancha de reacciones y desahogos por las redes sociales ha sido impresionante.
Para que nos hagamos una idea: ayer la tendencia mundial le dio el primer lugar a #AlwaysInOurHeartsZaynMalik, mientras que el accidente aéreo ocurrido en los Alpes Franceses (150 víctimas) ocupó el séptimo lugar, con el nombre del copiloto Andreas Lubitz; el lugar número 18 con #GermanWingsCrash, y el número 30 con Germanwings.
Este fenómeno me hizo pensar en una de las funciones del arte según Aristóteles: la famosa catarsis. Hacer catarsis no es otra cosa que purificarse emocionalmente y espiritualmente. Mediante la experiencia estética de compasión y miedo que produce, por ejemplo, una buena tragedia, los espectadores pueden "purgar" su alma de malas pasiones, como lo pueden ser el odio, los celos, el miedo, la ira, la rabia, la ansiedad, la indignación, el desengaño, etc. Esta catarsis supone un volver a empezar desde cero -o casi de cero-, mediante la liberación de tensiones, el drenaje de toxinas emocionales, etc., lo cual es muy beneficioso para el hombre y la mujer que viven en sociedades altamente cargantes, desde el punto de vista emocional, y que permanecen expuestas a atropellos, abusos, peligros, malos tratos, faltas de consideración, dolores, injusticias, etc. Haciendo catarsis nos vaciamos un poco de los residuos morales del mal que a todos aflige y entristece.
Pero la sabiduría aristotélica no se quedó allí. Ciertamente, el filósofo divisó que la verdadera catarsis implicaba no sólo un proceso emocional sino también racional, de asimilación de situaciones, problemas y actos humanos concatenados. Para eso, la obra debía estar compuesta de una serie de acciones lógicamente entrelazadas. El fin de la tragedia era representar una acción íntegra que moviera a temor y compasión gracias a una serie de eventos causales. La catarsis no está asociada a un personaje sino a una trama que se desarrolla poco a poco en escena.
Tan claro fue Aristóteles en su descripción de la Poética, que llegó a decir que un espectáculo, artístico o musical, al no tener fábula, historia, concatenación de acciones, nudo, desenlace, etc., no podía producir verdadera catarsis, ya que carecía de racionalidad intrínseca. Un espectáculo lo único que genera es gastos desproporcionados, sostenía el viejo Aristóteles.
¿Cuál es la acción que generó estas reacciones de la fanaticada de One Direction? ¿Dónde está el orden causal de los acontecimientos que movieron a compasión? Un chico joven, lleno de oportunidades y de desafíos, que está por emprender su vida, que no ha acometido ninguna batalla edificadora ni ejemplarizante, por el sólo hecho de que unas "mentes espectaculares" lo convirtieron en un muñeco-estrella del pop, cuando decide volver a su vida "normal" y escribir su propia historia, genera esas reacciones obviamente desproporcionadas, pero que revelan la inmensa necesidad de las personas -jóvenes y no tan jóvenes- de drenar tantos dolores, rupturas y temores de vida.
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