Temeroso de no saber expresarse bien en italiano, una de las primeras palabras de Juan Pablo ll en el balcón de la basílica de San Pedro fue: “si me equivoco me corrigen”, y poco después lanzó esa máxima que quedó para la posteridad “no tengan miedo”. Dos ideas que resumen su pontificado, ejerciendo el mando de la Iglesia Católica, sin miedo y con apertura, corrigiendo lo que hubiese que corregir. Sobran testimonios que ilustran ambas cualidades del pontífice.
¡Acompáñame a recorrer nuestro tiempo con sentido crítico y positivo! Mercedes Malavé