“La unión entre los pueblos no la forman hoy día la comunidad de la lengua, de la religión y de las tradiciones, sino que surge de la comunidad de las almas en un ideal de progreso, de libertad y de simpatía recíprocas”. Con esta cita, el filósofo uruguayo Carlos Vaz Ferreira desnudaba la grosera falacia de las falsas oposiciones; esas contradicciones creadas para generar falsos dilemas entre situaciones o realidades que son complementarias. La forma más frecuente de promover oposiciones ficticias, en el discurso político, es una retahíla de condenas y falaces contraposiciones, aparentemente irreconciliables, que van generando una especie de ethos o ambiente de exclusión “que no es en manera alguna puramente teórico, sino que se traducirá en efectos prácticos de gran trascendencia” advierte Vaz Ferreira. Así, de lo complementario se pasa a lo contradictorio, y de éste al lenguaje excluyente. Para colmo de males, de esas contradicciones y exclusiones creadas maliciosamente se deriva
¡Acompáñame a recorrer nuestro tiempo con sentido crítico y positivo! Mercedes Malavé