Entre los Foros Romanos y la Piazza Venezia se entra a una galería de exposición que, esta vez, presenta una peculiaridad: no se trata ver de una muestra de pinturas o de fotografías, sino de oír la voz grande del famoso tenor Luciano Pavarotti. Desde la entrada principal la imponente voz de Pavarotti atrae al público turista hacia la sala donde se le rinde homenaje. Las espaciosas y cortas escaleras que conducen a la sala funcionan como una especie de elevación del espíritu hacia lo que se verá después. Unos grandes paneles con fotos y textos acompañan el ascenso por las escaleras contando la vida de este niño prodigio que, proveniente de una familia rural muy sencilla, comenzó a cultivar su talento musical, llegando a unos niveles de prestigio y profesionalidad que hasta ahora no han sido alcanzados por ninguna otra figura. La entrada a la sala produce el mismo estupor que todos hemos experimentado cuando asistimos a un concierto -audiovisual o en vivo- de Pavarotti. Una voz pot
¡Acompáñame a recorrer nuestro tiempo con sentido crítico y positivo! Mercedes Malavé