Ir al contenido principal

Tiempo de reencontrarnos


Estas semanas han estado marcadas por una serie de declaraciones un tanto infelices, según la opinión de algunos, extemporáneas piensan otros, acerca de la llamada ruta de "La Salida", planteada por algunos factores de oposición, que actuaron en nombre propio e independiente a la MUD. Antonio Ledezma, Leopoldo López y María Corina Machado asumieron esta consigna, pusieron los medios, lograron una gran convocatoria y movilización en toda Venezuela, y desenmascararon la tiranía al dejar en evidencia a un régimen que respondió con toda su garra represiva, la peor de la historia de Venezuela. Nadie puede dudar de que obtuvieron logros políticos importantes -como el famoso diálogo-debate en cadena nacional de Miraflores-, y de que actuaron con heroicidad cívica. Tampoco podemos dejar de considerar que algunos, aprovechándose de esta estrategia, desencadenaron una serie de actos radicales, difundieron campañas de descrédito, crearon falsas expectativas en la gente, construyeron mensajes manipuladores, etc.



Por su parte, quienes no apoyaron "La Salida" lo hicieron por razones que también son dignas de respeto: no repetir errores del pasado, no adelantarse a los tiempos, esperar a que el propio gobierno se debilitase por sus propias fallas internas, conquistar una mayoría más representativa en los sectores desfavorecidos, entre otras. Quizás los políticos más avezados, con mayor experiencia en el campo de la protesta de calle, y con una perspectiva más instruida acerca de los procesos de paz y negociación, fueron los que se negaron a seguir esta política. Pasa como en las familias: hay varias generaciones, nadie aprende en cabeza ajena. En la MUD se nota una especie de intercambio y debate generacional que puede dificultar la toma de decisiones, pero descarta de plano la uniformidad, cosa que es muy positiva. Los mayores pueden estar seis o siete horas conversando y estudiando los asuntos; los jóvenes por lo general no, necesitan de la acción para discurrir.



Por eso, más allá de señalar la verdad de las cosas, o quién tiene la razón, hace falta reencontrarse, conversar, volver a los principios, consolidar la unidad. Hace poco tuve un altercado con un dirigente político y, para no caer en los mismos errores que denuncio, decidí llamarlo por teléfono. Conversamos un rato, hablamos de varias cosas, nos presentamos mutuamente –pues no nos conocíamos– y, a continuación, le planteé mi inquietud. Esa persona me dio la razón, me dijo que un compañero de partido ya se lo había hecho ver y me pidió disculpas. Quedamos en seguir defendiendo la protesta como derecho ciudadano, y ayudarnos mutuamente en todo lo que tuviésemos en común. Fue un reencuentro, después de una diferencia.



Ojalá que los altos dirigentes no se olviden de que en sus partidos hay un poco de venezolanos que continuamente charlan, se reúnen, suman esfuerzos, y mantienen viva la Unidad en sus distintas parroquias. Eso es Venezuela. No se confundan.



@mercedesmalave

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Capítulo 1: La inspiración filosófica. Filosofía en la calle

Por  Santiago Fernández Burillo Haz click para descargar el curso completo  Haz click para descargar el plan de evaluación I. La inspiración filosófica II. El materialismo común III. El "culturalismo", o relativismo postmoderno   I. La inspiración filosófica La filosofía en la calle En muchas ciudades de nuestro país hay alguna vía pública que lleva el nombre de «Balmes». El filósofo de Vic, Jaime Balmes (1810-1848) es un "clásico" moderno, su pensamiento posee actualidad. Es interesante observar que, por lo general, a esas calles o plazas no se les ha modificado el nombre a pesar de los cambios de régimen político que se han sucedido. Nunca ha parecido necesario marginar a Balmes; es patrimonio común. Existe también una filosofía clásica, una  philosophia perennis,  patrimonio de todas las generaciones, que a la vez es un saber maduro y una búsqueda abierta. La característica principal de los clásicos es su «actualidad». También las

¿Puede el cuerpo castigar la maternidad?

El valiente testimonio de Irene Vilar: Ser madre tras quince abortos ¿Puede haber mujeres adictas al aborto? ¿Puede el cuerpo rechazar habitualmente la vida después de haber abortado muchas veces? Irene Vilar es una mujer estadounidense de origen puertorriqueño autora del libro Impossible Motherhood. En una entrevista concedida a L’Express.fr  narra su experiencia tras haber abortado quince veces y luego haber sido capaz de acoger la vida de sus dos hijas. Transcribo la entrevista, creo que vale la pena reflexinar sobre este tema en el mes de la madres : Irene Vilar tenía sólo 16 años cuando conoció a un hombre que cambiaría su vida, “un profesor de literatura latino-americana cuarenta y cuatro años mayor que ella”. Durante 17 años, viviría con él una “pasión destructiva que la llevó a someterse hasta a quince abortos” y varios intentos de suicidio. Ella habla de “adicción al aborto”. Actualmente casada de nuevo y madre de dos niñas, ve su maternidad como una especie de

Tenía Razón el Principito

Celebramos con alegría los 70 años de El Principito .  Se trata de una edad joven para un clásico de la historia de la literatura. Vale le pena que nos paseemos un poco por el planeta de sus ideas... por ese mundo de las esencias y de las verdades profundas que encierran las aventuras de un niño brillante.