Hace seis meses tuve la suerte de participar en un foro con jóvenes políticos nicaragüenses que apuestan a la vía electoral y a convocar la unidad nacional para salir del régimen de Daniel Ortega. Hoy esos jóvenes están detenidos en vista de que su trabajo político ha crecido y se acercan las elecciones presidenciales. «La dictadura que hoy pretende juzgarme —dice Max Jerez— ha traicionado la patria poniendo sus intereses familiares y económicos por encima de la vida, la libertad y el progreso de todos y cada uno de los nicaragüenses. Con mi frente en alto puedo decir que amo a mi patria y que como joven no me arrepiento ni me avergüenzo de haber sostenido que nuestra lucha por la libertad debe ser cívica y pacífica. En este año electoral 2021, Ortega sabe que tiene los días contados, y que aún con todas las reglas a su favor la voluntad del pueblo expresada masivamente a través del voto es incontrolable. Por eso trata de alejarnos de esta posibilidad histórica de cambi
Todos los caminos conducen a Roma y todos los ríos desembocan en un mismo mar. Las encuestas señalan que la gran mayoría de los venezolanos coincide en la pésima valoración tanto del liderazgo político como de su situación socioeconómica actual. No se sienten identificados con ningún partido político y experimentan la orfandad frente a sus demandas de bien común y justicia social. A nivel global también se evidencia este clima de hastío político e institucional de la ciudadanía. Nuevos movimientos de carácter cultural, reivindicativo y social emergen en forma de estallido o calentamiento social, como lo llamó recientemente Eduardo Fernández: «En América Latina se están produciendo grandes movimientos que ponen de manifiesto la existencia de un inocultable fenómeno de calentamiento social (…) Y son varios los países europeos, comenzando por Francia en los que hay señales de calentamiento social muy evidentes. Una huelga general sin precedentes ha sido convocada contra la ad