Ir al contenido principal

La bota del ciudadano

La imagen que circuló en las redes sociales de un joven con la mejilla estampada con la bota de un paramilitar, posee una alta carga simbólica que va más allá de la agresión física que supuso. Desde la cita bíblica "a quien te abofetee la mejilla derecha, ofrécele también la otra" (san Mateo 5, 39), hasta la resistencia pacífica que propugnó Gandhi, el camino de la no violencia como modo de enfrentar el mal, ha rendido sus frutos a lo largo de la historia de diversas naciones.


Afortunadamente, no tenemos que ir muy lejos para buscar modelos de oposición a la violencia mediante la no-violencia. La historia de Venezuela está llena de héroes civiles que han defendido sus ideales republicanos aún a costa de la bota opresora del tirano, sin oponer nada más que la fuerza de la verdad. Podemos encontrar respuestas verdaderamente heroicas en muchos precursores de la patria, allá por los años de 1810, así como en muchos políticos contemporáneos, hombres y mujeres, que enfrentaron al último dictador y fueron, además, fundadores de los partidos políticos tradicionales.

Sin embargo, no somos muy conscientes de nuestra historia de republicanismo cívico. A los quince años de adoctrinamiento militar-socialista hay que sumarle décadas de formación histórica centrada en el héroe militar, en la bota, la espada y el caballo. No en vano nuestras plazas y monumentos reflejan esa memoria de exaltación del héroe militar, que a veces pareciera que seguimos esperando a que se levante en armas para vencer. Pienso que es una tarea pendiente revisar nuestros programas de historia para introducir ideas, biografías y situaciones cargadas de civismo y patriotismo republicano.


Por otra parte, en medio de todo este "zaperoco" político que estamos atravesando, una realidad que consuela es notar cómo los venezolanos estamos presenciando en carne propia el valor, la fuerza y el dramatismo del heroísmo cívico. Frente a un régimen militarizado, tosco e irracional emerge la figura firme, resistente y digna del ciudadano responsable que no doblega su conciencia. Sale a relucir el pequeño David que todos llevamos dentro.

Hace años, la Fundación Justicia y Democracia realizó un concurso de ensayo para los jóvenes acerca de cómo podíamos fomentar una democracia sustentable. Gracias a la motivación de algunos amigos de la universidad, me lancé a exponer mis ideas. Ya no recuerdo muchos detalles de ese emocionante suceso, lo que sí me quedó bien grabado fue cuando el presentador de turno leyó una cita del ensayo a fin de revelar quién era el ganador. Cuando la escuché me puse piel de gallina, como si nunca la hubiese leído antes. Es una idea del escritor ruso Solzhenitsyn, parafraseada por el filósofo español Alejandro Llano. Condensa, en esencia, la fuerza del héroe civil. Viene a decir que la bota del ciudadano es su conciencia recta que defiende la verdad y resiste al mal públicamente y sin armas; que no deja de pregonarla aunque lo callen, y que ejerce la defensa plena de sus derechos aún encarcelada:

"Una palabra de verdad vale más que el mundo entero. ¿Qué puede la verdad contra la rueca de la violencia? A la actitud de amor a la verdad siempre le cabe decir que no: mientan todos ustedes, pero no cuenten para ello con mi colaboración; finjan que son honrados mientras participan en la corrupción, pero háganlo sin mi ayuda; pliéguense dócilmente a leyes inmorales que permiten el dominio de los más débiles por parte de los más fuertes, pero les anticipo mi desobediencia civil; difundan los medios de comunicación social todo tipo de falsos estereotipos acerca de instituciones y personas intachables, pero no esperen que yo les crea ni me haga eco de sus insidias y sectarismos". He aquí el venero del verdadero, quizás el único, civismo.

@mercedesmalave

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Con ojos nuevos

La nueva Asamblea Nacional se instalará el próximo 5 de enero sin mayores novedades. Los nuevos diputados son viejos conocidos: tanto los del chavismo como los de la oposición. En estas elecciones volvió a perder Venezuela, como lo viene haciendo en el transcurso de este siglo que no termina de arrancar para nosotros. Seguimos postergando las soluciones a los gravísimos problemas estructurales, institucionales y humanos que nos aquejan: continuará el flagelo del hambre y el alto costo de la vida, la crisis inaudita de servicios básicos, la escasez de gasolina y un largo etcétera. La consulta popular y la nueva directiva del parlamento legítimo que propone el diputado Juan Pablo Guanipa y su partido, como alternativa de gobierno para el año 2021, acentuará la lógica del dualismo de poderes y sus consecuencias: sanciones y bloqueos, control de activos en el exterior, atentados contra la soberanía, salidas de fuerza, seguirán formando parte de la agenda de un sector político que aún cons...

Bovarismo criollo

A Jules de Gaultier le debemos el hallazgo de ese curioso mal que aqueja a los personajes de Flaubert, inmortalizado en Emma Bovary. Se trata de la tendencia a concebirse distinto de como se es. “Todo hombre, en el fondo, es un bovarista” decía Antonio Caso. Ninguno de nosotros es libre de espejismos, máxime en un mundo donde un App o un laboratorio de tuits, construye, crea y convierte la ficción en información -síntesis apretada del fenómeno de la posverdad-. Basta que una idea o fantasía se asome en la conciencia para que los individuos tiendan a volverla realidad: “Nos vamos sacrificando a nuestra mentira”, sentenciaba precipitadamente el filósofo mexicano.   Así las cosas, el impulso bovarista o inclinación a pensarnos diverso de como somos en realidad, constituye la fábrica por excelencia de idealismos, utopías o ideologías autorreferenciales. Basta que el individuo que pretenda encarnar su falsa idea de sí sea un líder carismático para que aquello cunda por doquier, apoyánd...

Oportunidad de Oro

Todos los caminos conducen a Roma y todos los ríos desembocan en un mismo mar. Las encuestas señalan que la gran mayoría de los venezolanos coincide en la pésima valoración tanto del liderazgo político como de su situación socioeconómica actual. No se sienten identificados con ningún partido político y experimentan la orfandad frente a sus demandas de bien común y justicia social. A nivel global también se evidencia este clima de hastío político e institucional de la ciudadanía. Nuevos movimientos de carácter cultural, reivindicativo y social emergen en forma de estallido o calentamiento social, como lo llamó recientemente Eduardo Fernández: «En América Latina se están produciendo grandes movimientos que ponen de manifiesto la existencia de un inocultable fenómeno de calentamiento social (…) Y son varios los países europeos, comenzando por Francia en los que hay señales de calentamiento social muy evidentes. Una huelga general sin precedentes ha sido convocada contra la ad...