Hace seis meses tuve la suerte de participar en un foro con jóvenes políticos nicaragüenses que apuestan a la vía electoral y a convocar la unidad nacional para salir del régimen de Daniel Ortega. Hoy esos jóvenes están detenidos en vista de que su trabajo político ha crecido y se acercan las elecciones presidenciales.
«La dictadura que hoy pretende juzgarme —dice Max Jerez— ha traicionado la patria poniendo sus intereses familiares y económicos por encima de la vida, la libertad y el progreso de todos y cada uno de los nicaragüenses. Con mi frente en alto puedo decir que amo a mi patria y que como joven no me arrepiento ni me avergüenzo de haber sostenido que nuestra lucha por la libertad debe ser cívica y pacífica. En este año electoral 2021, Ortega sabe que tiene los días contados, y que aún con todas las reglas a su favor la voluntad del pueblo expresada masivamente a través del voto es incontrolable. Por eso trata de alejarnos de esta posibilidad histórica de cambio: encarcelándonos y haciéndonos caer en la desesperanza. No permitamos que se salgan con la suya. Mientras haya nicaragüenses que amen la libertad, esta lucha debe continuar. Me encuentro detenido por la dictadura, pero es momento de continuar. La dictadura quiere acabar con la esperanza. Debemos seguir juntos esta lucha por la libertad del pueblo nicaragüense. Continuemos la organización para derrotar la dictadura de Daniel Ortega».
Otro testimonio igualmente conmovedor es el de Lesther Alemán hoy detenido: «Estoy preparado para los dos escenarios: cárcel y muerte. He preparado a mi familia. Si lo hice en el 2018 con temeridad, hoy lo reafirmo con mayor madurez política. No he incurrido en traición a la patria porque nunca he hecho nada en contra del pueblo nicaragüense y jamás he actuado con violencia. Quienes queden deben continuar. Creo en el proceso electoral como salida definitiva, y creo también en la juventud comprometida con salir de este régimen. Por mí no se detengan: demanden la libertad de todos los detenidos, pero sobre todo procuren el interés nacional que demanda también la libertad. Demandar la libertad de todos los nicaragüenses es la prioridad».
Cuánto valor y dignidad demuestran estos jóvenes que hoy se levantan en Nicaragua. Ellos están muy claros en la necesidad de acompañar al pueblo en sus demandas de libertad. Lamentablemente, un stablishment político y económico esgrime falta de condiciones electorales para no participar y, sobre todo, para no caer en el radar de la persecución y la represión del régimen dictatorial de Daniel Ortega.
En Nicaragua está clarísimo quiénes son los colaboracionistas: aquellos que promueven la abstención por falta de garantías.
A los jóvenes de Nicaragua vaya, en primer lugar, una plegaria que los sostenga y proteja; en segundo lugar, todo el respaldo y admiración por su espíritu de lucha realista, inteligente y patriótico. Que Dios los acompañe.
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